El Museo de Arte Contemporáneo MAC Florencio de la Fuente de Huete y el Ayuntamiento de Huete presentan las exposiciones individuales ‘El juego de lo inesperado’ de Montse Gómez Osuna, comisariada por Nerea Ubieto y ‘Ahora que nada está en calma’ de José Luis López Moral, comisariada por Mario Guixeras. Tendrá lugar su inauguración el 4 de junio a las 13:00 horas en la sede del Museo en Huete.
“Ahora que nada está en calma” es un proyecto expositivo del artista José Luis López Moral para el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente de Huete. El artista presenta una preocupación por las implicaciones poéticas, naturales y sociales que atraviesan un paisaje situado entre lo natural y lo cultural. Su lenguaje integra una serie de elementos que característicos de su
fuerza simbólica: el horizonte, la memoria, lo ausente, la naturaleza… Y que por primera vez vemos abordar desde un estrecho diálogo entre lo pictórico y lo fotográfico en esta exposición.
Aquí, la relación entre pintura y fotografía no es jerárquica, sino de complementariedad. La pintura dota de materia a esta oscuridad, primordial en la muestra, y le da vida a partir del modo en que las manchas se deslizan, se estrellan y se lanzan a la conquista del espacio, rasgándose y extendiéndose sobre la superficie del papel. La fotografía actúa sobre la memoria: un residuo transformado por el tiempo y el deseo, que vuelve a nosotros como la imagen de algo que nos es familiar pero que no somos capaces de reconocer totalmente.
“El juego de lo inesperado” es una exposición de la artista Montse Gómez Osuna, que se desarrolla entre el paisaje surrealista y el bodegón metafísico, desde una pintura que ante todo inquieta y atrapa. Conduce hacia las profundidades del cuadro a través de capas que se desdoblan, mezclan y multiplican. Ella misma pierde el rumbo en el proceso, dejándose llevar. Es lo que más le gusta, ser sorprendida por la pintura; aunque para llegar a este punto, antes ha sido guiada en una suerte de dialéctica entre la percepción y la imaginación.
La muestra abarca dos etapas recientes de la producción de Gómez-Osuna. La serie de pinturas negras, caracterizadas por estar realizadas con carboncillo, son las más expresionistas porque plasman el sentir y la visión interior de la artista en un momento de duelo por la pérdida de su progenitora. Es un mirar hacia lo nuclear, el hogar, la madre. El bodegón ha cobrado protagonismo en su última fase debido, en buena medida, a sus inicios como ceramista. Ambas facetas se retroalimentan favoreciendo interesantes trasvases de las tres a las dos dimensiones y viceversa.
Además de estas exposiciones temporales, el Museo aprovecha esta oportunidad para mostrar una selección de obras de su colección.