El Museo de Fotografía de Huete ha abierto este sábado sus puertas al fotodocumentalismo del nigeriano Simon Norfolk con la exposición «Genocidio, paisaje, memoria»’, que retrata una mirada reflexiva sobre la decadencia y el desmoronamiento de los imperios, a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Y lo ha hecho de la mano de la Fundación Naturgy, que en colaboración con la Fundación Antonio Pérez (FAP) ha instalado esta muestra fotográfica, que ha sido inaugurada este sábado por la mañana por el alcalde de Huete, Fernando Romero y el diputado de Cultura, Francisco Javier Doménech, quienes han estado acompañados por el director de la FAP, Cirilo Novillo.
Doménech ha llamado la atención sobre la relevancia de esta exposición, comisariada por el fotógrafo Xosé Garrido, que reúne un total de 55 imágenes pertenecientes a cinco series fotográficas, que forman parte de un proyecto más amplio, auténtico work in progress, llamado ‘Et in Arcadia ego’, en el que su autor reflexiona sobre la terrible realidad de los lugares en conflicto y los espacios devastados por la guerra mediante fotografías de campos de batalla, ciudades arrasadas o desechos esparcidos de la guerra.
Una muestra diseñada con una estructura muy concreta, en la que el recorrido y la presentación de las obras son clave para la correcta percepción y análisis del trabajo de Simon Norfolk. Las cinco series están dedicadas a documentar el devastado paisaje por los conflictos de Afganistán, Bagdad, Bosnia, Beirut e Israel/Palestina, y tienen una genealogía y ejecución similar, generando un discurso de extraordinaria coherencia, en el que se delata la necesidad del artista de crear una imaginería que ayude a la construcción de una conciencia que reflexione sobre los conceptos de historia y memoria.
En ‘Genocidio, paisaje, memoria’ se puede comprobar cómo es la obra de Simon Norfolk caracterizada, según el comisario de la exposición, por tener al paisaje tener al paisaje como tema principal y desarrollar una meticulosa técnica basada en la obtención de imágenes con la tradicional cámara de placas. Sus imágenes muestran paisajes de espacios desolados o, frecuentemente, arrasados por la acción bélica del hombre. Escenas que encierran la capacidad de integrar elementos sensibles y a la vez desgarradores y que son, en definitiva, escenas llenas de dramatismo y belleza que muestran la destrucción y representan el eco de la muerte.
De hecho, tal y como agrega Garrido, la construcción de la imagen utilizando cánones que la ponen en relación directa con determinada tradición romántica que encuentra la belleza en la representación de cierta miseria, la frecuente ausencia de la figura humana, o la deliberada acción del fotógrafo de construir sus paisajes a partir de escenarios configurados en función de su aparente desorden, son algunos de los rasgos que mejor definen la obra de Simon Norfolk.
Esta interesante muestra, que viene de recorrer lugares como A Coruña, Barcelona, Córdoba, Almería y Pamplona, permanecerá en el antiguo Convento de El Cristo hasta el próximo 30 de septiembre; una buena oportunidad para disfrutar de la obra de Norfolk y, como no, del rico y variado patrimonio histórico de Huete.